domingo, 29 de septiembre de 2013

RECUERDOS

Recuerdo que tranquilas
las noches de noviembre
llegaban como un palio
de exigua soledad,
acariciando hogares
como la brisa libre
que en horas matutinas
nos muestra su deidad.

Eran noches pacientes
que gratas circulaban
por esa huella inmensa
mientras la luna gaucha
callada se paseaba
por el campo estrellado
que ofrece el cielo azul.

La dicha ese ensueño
traiame latidos
de muchos corazones
borrachos de rumor,
que allá en la selva agreste
se duermen escondidos
como el ausente lazo
que olvida nuestro amor.

También hoy recuerdo
de aquellos postrimeros
lamentos que a las noches
cargaban de dolor,
las lágrimas heladas
del pájaro agorero. . .
que hizo grabar en mi alma
su pérfido terror.

Y todo aquel conjuro
de noches bien amadas
se llega a mis recuerdos
de eximia libertad,
que en aras de mi alma
bohemia en carcajadas. . .
supo escuchar callada
mi exigua soledad.-


A MIS MONTAÑAS

Aquí estoy como siempre
tierra amada,
sobre el agreste
corazón de tu alma,
para admirar tu dicha
que callada se oculta
en los abismos de la calma.

¡ No sé cómo ni cuando
tus amores
descargaron sus dotes
sobre mí,
para vivir acariciando
flores que a sus auras
las llevan al cenit.

¡ Ah !, funesto estoy
para escuchar a toda
la silente canción
que me obsesiona,
de aquel pájaro triste
que te llora
desde el anochecer
hasta la aurora.

¡ Oh ! tierra de mi fé,
mi dulce cuna,
yo atravieso
tus sendas placenteras
siguiendo a los rayos
de la luna
que adormecen
en tus dulces primaveras.

Y después del coloquio bien amado
como atado por lúgubres afanes,
veo todo tu amor engalanado
por infantiles matas de arrayanes.

¡ Cuán dulces son las horas de tu vida !
cuando comienza el día por nacer
al escuchar la triste sinfonía
de las aves borrachas de placer.

¡ Oh ! tierra de mi amor, gloria incesante
hoy no puedo explicar yo no sé qué. . .
pues me basta tan solo para amarte
la confianza que tengo a mi fé.-


AMANECER

¡ Arriba ! dice al mundo
silencioso
el astro rey inquieto
cuando entreabre
su místico abanico luminoso
en su órbita insondable;
y el mundo aletargado,
perezoso ante el  efluvio
de sus rayos suaves
despierta poderoso
como un niño en los brazos
de su padre.
Vece entonces agradecida
la montaña y los prados
seculares para aceptar
su amor que es luz y vida.-


VIOLETA

Recostada en el césped que abrillanta
los muros del jardín embriagador,
sueña su sueño virginal la planta
que son sonrisas de un humilde amor.
Ella es la piadosa y pensativa
rastrera del jardín encantador,
ella, la pobre madre que cultiva
las añoranzas de su tierna flor.
La planta más humilde y silenciosa
que vieron mis ojos florecer,
que nada envidia de la flor de rosa
todo el donaire que le ve nacer.-



LA SIESTA

Silba a lo lejos la perdiz inquieta
perdida en los tupidos pajonales,
y bajo un sol abrasador de siesta
se inclinan los trigales.

Se inclinan los trigales (de las cuestas)
baja el viento batiendo sus espigas,
sus espigas doradas que se acuestan
hacia el norte mostrándose tendidas.

No se escucha un rumor, los quebrachales
bravos, firmes, estoicos, aguerridos,
crujen con su ropaje calcinado
en su sepulcro tétrico de olvido.

Ya no lucen las flores, ya no lucen,
ya no canta el zorzal está abatido,
los gajos cuasilentos solo crujen
sosteniendo tal vez ausentes nidos.-



“LA TORCAZA”

Cuando en las horas de la siesta apagan
las aves en el bosque sus gorjeos,
y en el verde follaje de las ramas
no se percibe ya ni un aleteo;
solo en la arboleda dispersad
el sol parece que quemara el suelo,
mientras las nubes de agua recargadas
en inquieto vaivén surcan el cielo;
surge siempre una voz, triste, pausada
como un lamento, hueco, lastimero,
como el llanto de lágrimas pesadas
que cae en el silencio sin remedio.
Esa voz, ese eco plañidero
es el suave gemir de “la torcaza”,
que vaga confundida sin sosiego
con el típico acento de su raza.-


SE VA LA PRIMAVERA

¿ No ves aquel arroyo
dormido entre as mentas
que brindan su perfume
de amor y libertad ?
¿ No ves a los helechos
que juegan en las grietas
viviendo en el recinto
de franca lealtad ?

¿ No sientes la tonada
tan triste y opulenta
que vuelca de su alma
el lírico zorzal ?
¡ Mirad como los rayos
del sol ya calientan,
¡ mirad ya caen
la fruta del chalchal.

Me parece mentira
ver a la madre tierra
vestirse con la triste
mortaja del dolor,
ahogarse en el violento
terror que a ella encierra
y todo por tu culpa
y todo por tu amor !

No seas tan ingrata,
no dejes las montañas
que abrieron los senderos
para que pases tú. . .
confórmate con el triste
lamento de las cañas
quiere llevar tu nombre
por todo el cielo azul.

Se va la primavera
el amor de los amores
diciéndonos contenta
que pronto volverá,
se va bebiendo el néctar
de rutilantes flores,
se va embriagando el alma
que pronto dormirá. . .

Se va la primavera
dejándonos ahogados
en lúgubres lamentos
de un profundo dolor,
se va la encantadora
dejando a enamorados
que huelen el perfume
de una lejana flor. . . .-



AZUCENAS

Quién no siente
un transporte de alegría
al ascender el cerro
y ver de cerca,
la armoniosa, sutil
policromía
de estas flores
sencillas y chinescas.

Flores que allí
anónimas surgieron
ignoradas tal vez
al albedrío,
para brindar su aroma
al viajero
y realzar la vera
de los ríos.

Su nombre es nombre
de mujer, por eso
tal vez mas atractivas
parecieran,
y en verdad si despierta
ese embelezo
mas lindas en su orfandad,
¡ benditas sean !.-


EL CARDON

Entre las grietas
ásperas que tienden
sobre las duras rocas
sus estrías,
teñidas por el sol ý musgos verdes
que les deja el rigor
en su porfía.

A veces en el fondo
impenetrable
de profundas y ásperas quebradas
donde nadie no llega,
ni se sabe los misterios
que tienen reservadas.

Allí nace el cardón,
de sed insaciable
de libertad, de cielo,
de armonía,
solo en la inmensa
soledad sombría
halla su amor
un compañero amable.

Es como un ser
predestinado que huye
buscando lo que dicta
se designio,
porque en su sabia
confundida bulle
con inquietud
de estar en los dominios.

Yo sé que tú lo sientes
por la emoción tan bella
que mora con tus hechos
en propia libertad,
todo por obediencia
de la sublime estrella
que vive un poco lejos,
allá en la inmensidad.

¿ No veis como te tienden
la mano de cristianos
los pobres que te quieren
con alma y corazón ?
y quiero que te alejes
de todo lo profano,
yo quiero que tus labios
aprueben la razón.

¡ Mirad ! las pobres flores
sus lágrimas derraman,
¡ sentid ! los tristes cantos
de pájaros dolientes
que al llanto de su lira
a ti te lo reclaman
clamando que te quedes
y sepas lo que sienten. . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . .


CONTEMPLACION

Contemplo el amplio campo
de lozano verdor
revestido de tanta variedad
de plantas y de flores
que anuncian relucientes
los lazos del amor.

Sonrisas encendidas
de guapos labradores
que contemplar parecen
la esperanza del año,
grandes optimistas
que alegran sus dolores.

Allá sobre la copa
de un árbol se destaca
cantando sus canciones
la pálida calandria,
y a la vera de río
perturbó una matraca”.

Mis pasos ya comienzan. . .
me detengo al lado
de un corpulento sauce
que mece sus tiernas ramas
y siento en  mi cabeza
caer su llanto helado.

Por su senda angosta
que llega hasta el arroyo
se ve una viejita
con un balde en la mano
seguida por un grupo
de saltarines pollos.

Enfrente quedo viendo
la humareda del rancho
y junto a su quinchado
ladrar veo a dos perros
con los ojos en alto
donde vuela un carancho.

La mañana está tibia,
me voy a la cocina
en busca del sabroso
y amargo mate criollo;
-Pues son estos recuerdos
las horas de una vida. . . –


PLENILUNIO

Asoma, asoma luna hermosa
en tu portal de candoroso encaje,
como niño inocente que reboza
como sonrisa maternal que nace.

Promesa de alegría, de ternura
anuncio de bonanza en tus cristales
en cada aparición hermosa luna
es lo que siempre eternamente traes.

Mírate el navegante luna hermosa
desde su barco en el vaivén mas suave
y la mujer con lágrimas llorosas
cuando zozobra la terrena nave.

Luna serena, dice en las tinieblas
el perdido pastor ¿ por qué no sale
y ante tu luz su espíritu serena
y de las negras soledades naces.

Asoma. asoma aunque de insomnio muera
sobre del lecho, que tu disco atrae
pero no olvides ¡ ay de los que quedan

perdidos sin tu luz entre pesares.